El amor es una búsqueda constante de caminos que recorres solo para disfrutar el paisaje. Los recorres porque vale la pena recorrerlos y no para llegar a un lugar en especifico.
Hay caminos que merecen ser cruzados una y otra vez. A veces hasta vale la pena llegar a caminos sin salida, para finalmente devolverte y darte cuenta que tienes que empezar todo de nuevo y cargar baterías.
Aún no sabemos si hay algún trayecto que merece ser recorrido eternamente, pero sabemos que podemos volver a empezar infinitas veces. Y tener una chance como esa vale miles de caminos desperdiciados.
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