Se siguen mirando a los ojos, uno frente al otro, nunca dejando de formar un círculo perfecto, al ritmo de una música lenta, de un piano solitario.
Se miran avanzando, esperando a ver quién cae primero al pozo que los separa.
La música sigue siendo increíblemente bella, de todas formas.
0 comentarios:
Publicar un comentario