Me recuerda a esos días en que me preguntaba si la promesa de un amor incondicional era cierta, hoy me he dado cuenta que aquellas "promesas" las impone la mente y las expectativas del ambiente y que la realidad es tan lindamente diferente a lo que aspiramos, que ya no queremos aspirar a nada más (menos a aquello que creemos va a "mover nuestro mundo")
No, esta no es otra entrada sobre el amor (porque amor, eres muy mío como para gastarte). Es un recordatorio a esos días en que aspiraba a un sinnumero de cosas en un mundo aburbujado donde solo nos quedaba soñar para pasar el tiempo. Hoy, esta canción cobra un nuevo significado para mí, pero eso no me impide seguir soñando. Aunque ahora las cosas con las que sueño son diferentes a esa felicidad de televisión, son cosas menos individualistas, más utópicas pero no por ello menos reales.
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