Y cuando lo único que queremos es querer, nuestro corazón se guarda por el toque de queda.
Pero no hace falta decir que los tontos son, quizás no fácil pero sí, finalmente derrocados. (y los tontos egoístas somos nosotros)
y podemos volver a cantar una canción sin pensarlo dos veces; volvemos a ser libres de nosotros mismos.
0 comentarios:
Publicar un comentario