Perdona mi fragilidad,
¿la notaste desde un principio?
Soy una figura de cristal que se cae infinitas veces y se rompe, para después reconstruirse con el único objetivo de acercarse al sol y reflejar unos cuantos colores en la superficie.
Perdónala a ella, y a mí. Que yo la encubro.
Pensó el pájaro que volaba, el hombre que vivía, la máquina que era hombre y yo que era fuerte.
La realidad se trasluce cuando mi cristal hace "crack!" en el suelo y me reparto en mil pedazos perdidos.
Perdona mi fragilidad, ¡Perdónala! cuando te pregunta si me amarás mañana nuevamente.